martes, 5 de febrero de 2008

Habré de morir de Pie / Poesía Social

HABRÉ DE MORIR DE PIE

Habré de morir de pie
De frente, de cara al sol
Sin temor de abrir los ojos
Cuando cien rayos de furia
Quemen mi piel
Abran mi pecho
Y me opriman el alma.

Entonces, ¡Viviré hoy!
Para que las furias todas
Se apoderen del canto triste
Canto melancólico que sale de mi pecho
Es acaso que no prefiero morir en vuestras manos
Para no subir sobre el mar
En un duelo de alma triste.

Sabes
Ya de morir no quisiera nada
Porque nací para ser un ángel
Que abre su tierra, para vivir la vida.

Es que ya son mis penas
Crucificadas olas en mi alma
Será un sorbo de tu vino
El amable licor que acaricia
Mis muchos pesares.

Quizás son los tabacos de mis abriles
El hervidero de mis martirios.
Y el oír de los muertos
Que gritan ¡Valor y más batalla!

Quien sino la muerte que habita los adentros si hablar
Sin respirar.
Acaso son esquirlas
Los golpes de la vida
Pedazos de cóleras humanas
Que yo más quisiera tener habitando en mis adentros
Para no olvidar mis venganzas

Dímelo
¿Me haz visto llorar ayer?
Porque he llorado y no ha costado nada.

Será que hay viernes quemados como hoy
Que nos dejan lagrimas
Que allí
A los lejos
Mi madre algún día, las vio pasar
Cuando ellas agoraban
Un duelo en sus pisadas.

Sabes
Habré de morir de pie
Ya no le temo a nada.

domingo, 6 de enero de 2008

POESIA EROTICA - PARTE I



LOS ROSTROS DE LA NOCHE


Yacente de madrugada
muy silencioso ante el rostro solitario de la luz lunar
neutro en mi fantasía hecha en el tempus
criando la rareza de ser tuyo y vos mía.

Invadiste el cuarto macabrico con tu lampiño y frágil sexo
deseándote entregar a la perniciosa imaginación de mi conciencia
desatando las pasiones casi de golpe
que una mirada ó tal vez una sonrisa basta
para llegar al abismo donde el inmenso ocaso
autentico reino del horizonte
siembre en nuestras vidas un huerto de tierra, mar y estrellas vivas.

Cercenaste impacientemente la frazada hedionda y entibiada
la atraviesas encontrando mi cuerpo mísero y siempre virgen
devorado por el humor en las noches de masturbación
rompiendo el reparador sueño
sin que nadie quebrante el placer de escuchar
ser tu amor secreto.

Estamos conectados con el pavimento sodomita de nuestros cuerpos
marcando la mocedad de mi pecho desnudo hambriento en deseo
mordisqueando mis labios que son bendigos
en el naufragio de penetrarte en lo mas profundo de tu vientre.

Temblando como moribunda paloma que espera lo inesperado
me regalaste tu flor cargada de fuego estelar
originaria de tierras santas
profanadas por el anticristo del medioevo
no consigo detener mi marcha
ni tampoco consiguieron detener la marcha de los cruzados en el desierto
que conquistaron la sombra escarlata del crepúsculo
sintiendo la sensación de sus labios rojos
la misma imagen dejaste en mi falo
una mancha fosforescente y rojiza
soberbia por salir de tus entrañas
y triste,porque será la primera y la única en tu vida.


Vivimos ociosos en la cama
moviéndonos con suaves bamboleos
adquiriendo amnesia por los combates de cuerpo a cuerpo
compartiendo el pavor de no movernos con gozo
amamantando nuestras ardientes pasiones con euforia
con la seguridad de encontrarlas en todas las magnitudes y sentidos
solía pisar los espacios de revolución interior
era tan tenue la sinfonía de tu respirar
inocencia allí ardía, en lo virginal de nuestros cuerpos desnudos.

Ahora arrastrando lo erógeno de las extremidades
acariciando,llenado mi pecho de gemidos callejeros
es vaga mi ilusión muy vaga.

Estoy devorando,sin pausa
las obscenidades de tu pequeño e inigualable pubis
pero la satisfacción delirante y vanagloriosa de mi alma
hace que ambas sirvan para albar al sexo y la lencería
te hablo de las pequeñas y bellas perversiones
porque también se ha de morir radiantes
sacudiéndonos con fervor en la orilla del cubil
cuando sin proferir palabra alguna escupamos deseos
que brotan de tus labios húmedos de la castidad.

Solitario
postrado a la beldad de la noche
insinúas de a pocos el filo de tu piel
surcas el sacrílego deseo de tocar y besar
la faz de mi cuerpo, tan frío
que sueles pedirme en silencio
hacerte el amor una vez mas.

Edición bilingüe, Publicado en Brasil en el 2002.